Nuevamente, mi mano derecha, empezó a masturbarla, subía y bajaba, y miraba sus reacciones. Solo mi lengua rozaba su cabeza. Con la izquierda, acariciaba un par de huevos grandes y calientes.
Estuve unos segundos así, hasta que metí toda su verga en mi boca. Apenas cabía entera. Mame esa hermosa pija, por momentos veía su cara de disfrute, sus ojos azules se abrían de par en par.
Tomo mi nuca, y me quito de entre sus piernas. Se paro, me tomo de la mano. “veni”.
Su pelo negro caía sobre la espalda, su piel era hermosa. Su culo era firme, y en cada paso parecía tener vida propia. Llegamos al dormitorio.
Me acosté boca arriba. Se metió entre mis piernas, y continúo mamándome. Tomo mis huevos, y se metió uno en la boca. Mientras un dedo buscaba mi anillo anal.
Cuando lo encontró, se dedico solo a eso. Metió su lengua hasta el fondo, e intercambiaba dedos y lengua. Me estaba dilatando muy bien, tengo experiencia de sobra, y me daba cuenta de que Mia sabía lo que hacía.
Se levanto, y fue hacia un mueble. Abrió un cajón, saco un preservativo y gel. Me giré, y me puse en posición. Quería sentirla dentro mío. Lo anhelaba.
Abrió mis nalgas, otra vez su lengua hasta el fondo. Luego se coloco el preservativo, y lo unto con mucho gel, y también embadurno mi ano.
Estaba preparado, así que agarro su pija, la apoyo en mi culo, y se hundió. Algo dolió, pero el placer lo supero enseguida. Sentía como barrenaba mi culo, llegaba hasta el fondo. Cuando apoyo sus huevos, contra mis nalgas, sabia que su verga era toda mía. Comencé a moverme, hamacándome, quería tenerla hasta el fondo, luego sacarla casi toda, y otra vez.
Me reincorpore, sus tetas duras y calientes se apoyaban en mi espalda. Me besaba el cuello, su mano apretaba mis tetillas. Nos decíamos de todo, yo quería sentir todo su semen, su explosión.
No duro mucho. “así. así.”. y estallo. Su verga cabeceaba dentro mío, senti cada pulsión de leche, como golpeaba mi interior. Me tire sobre la cama, y ella encima mío. Su pija se iba reduciendo, yo estaba con la mía a tope. Se retiro, me giro, y se metió mi pija en la boca. Tampoco dure mucho, me masturbaba, me chupaba, hasta que, con un pequeño apretón de huevos, salió disparado mi primer chorro, que le cruzo la cara, los siguientes fueron cayendo al costado. Era una acabada de novela.
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