En la primera parte, conté como había conocido a Mia. Tuvimos sexo, y nos quedamos dormidos.
Al día siguiente, desperté solo. Me puse mi bóxer, y Sali del dormitorio. Sentí aroma a desayuno, y me dirigí a la cocina.
Mia: buen díaaaa….
Tenía puesto un short de jean, un buzo corto, que dejaba su abdomen al aire, el pelo suelto.
La besé, y me senté a desayunar. Había preparado café, leche, jugos, teníamos que recuperar energías.
Hablamos de temas varios, por momentos nuestras miradas se cruzaban, me estaba enamorando mal.
Era una mujer hermosa, su piel era un terciopelo, sus ojos azules brillantes, un pelo negro largo, y ondulado. Sus pechos armonizaban un cuerpo perfecto, con un abdomen marcado y un culo que parecía dibujado. Y, además, su pija. Con el tamaño justo, donde el placer apenas roza con el dolor.
Al concluir, levante la mesa. Lleve los trastos para lavarlos. Mientras Mia preparaba mate.
Se puso a mi lado, por momentos me besaba, me acariciaba la espalda. Su mano acariciaba mis hombros, alguna caricia en el cuello.
Algo paso, porque su mano bajo y se metió dentro de mi bóxer. Su dedo medio buscaba mi anillo. Yo había quedado bastante abierto, después de la noche de sexo, así casi ni lo sentí. Esto la excito aún más, y agrego un dedo más. Ya eran dos. Cerré la canilla, y solo apoyé mis manos en la mesada. Me dejaba hacer. Mia se puso detrás mío, se quitó el buzo, y apoyo sus tetas duras, carnosas, calientes, en mi espalda.
Las fue restregando, mientras bajaba y llegaba al bóxer ajustado. Lo tomo de ambos lados, y me lo quito. Sus manos abrieron mis nalgas, y su lengua húmeda se metió en mi culo. Tuve un suspiro extra. sentía como Mia me dilataba. Por momentos, hundía 3 dedos, por momentos era su lengua la que me abría.
Yo estaba en el cielo. una mano fue por delante, y masturbaba mi pija. Me giro, y quede de frente a ella. Se engullo mi verga hasta el fondo, la sacaba, llena de baba. La descabezaba, pasaba la lengua por el glande, bajaba la piel hasta el fondo, y nuevamente a su boca.
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