Soy transexual, muy atractiva, sensual y femenina, por cierto. Me llamo Constanza y tengo 22 años. Siendo totalmente honesta, me encanta el sexo, me considero absolutamente adicta al placer sexual, no tengo prejuicios y soy muy abierta de mente y liberal en mi vida; así que soy muy promiscua...toda una putita para la mayoría. Estoy operada, pasé por muchas cirugías para dejar de tener forma y apariencia masculina, y por fin lograr ser totalmente una mujer como quise siempre. Mido 1,75 m de altura; peso 58 kg; soy de piel blanca, pelo largo y lacio de color castaño, mis ojos son de un verde claro, boca sexy y labios carnosos. Trabajé fuerte para tener un cuerpo que es la envidia de muchas mujeres: cirugía estética, cirugías con implantes; gimnasia modeladora; pasé por un largo proceso de transición con un tratamiento hormonal...en fin, hice todo y lo mejor que pude para alcanzar una buena figura. Tengo bubis y coño y; según dicen...lo mejor de mi físico es la cola perfecta que tengo. Es por eso que resulto atractiva y totalmente follable; y por lo mismo, recibo muchísimas propuestas para follar. No soy prostituta, pero si me encanta disfrutar del sexo con quien yo quiera. Soy completamente pasiva y me fascinan las aventuras sexuales que se me presentan.
Les voy a compartir una de esas tantas aventuras. Fue en el verano del 2018...dos días habían pasado de festejar mis 22 años. Era fin de semana, y me fui a una casa que mi familia tiene en el campo. Me fui sola, pues, ese fin de semana, mis padres decidieron quedarse en la ciudad. Fui con la intención de descansar y divertirme. El sábado por la noche, me arreglé para ir hasta el pueblo más cercano...quería tomar un trago buscar la compañía de alguien, qué se yo...pasar un momento agradable.
Estando en el pub, se acercó un hombre grande, maduro a saludarme. Pidió permiso para sentarse al lado mío y así comenzamos a conversar. Me contó que hacía poco tiempo que se había divorciado, que se llamaba Ricardo, que tenía 65 años, y que siempre había vivido allí en ese pueblo, porque tenía una hacienda.
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